Washington, D.C. — La administración del presidente Donald Trump lanzó una nueva ofensiva en materia comercial: todos los países que aún no han negociado un acuerdo formal con Estados Unidos o que no han recibido una carta arancelaria, recibirán una notificación antes de la medianoche de este jueves, anunció la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
“El equipo de comercio ha estado trabajando sin descanso para tratar de estar en correspondencia con tantos países como sea posible”, dijo Leavitt ante periodistas en la Casa Blanca. “Pero si aún no han escuchado de nosotros, lo harán en forma de una carta o un decreto antes del final del día”.
México, entre la presión y la diplomacia
México fue uno de los países que evitó una escalada inmediata de tarifas tras una llamada entre Trump y la presidenta Claudia Sheinbaum. Ambos mandatarios acordaron extender por 90 días el acuerdo comercial actual mientras continúan las negociaciones para un nuevo tratado.
“El Gobierno mexicano evitó un aumento de aranceles que iba a entrar en vigor este viernes”, informó Sheinbaum tras la conversación, en la que se pactó un periodo de tres meses para lograr un acuerdo “de largo plazo”.
Sin embargo, el alivio es parcial: México continuará pagando un arancel del 25% sobre el fentanilo, otro 25% sobre automóviles, y 50% sobre productos estratégicos como el acero, aluminio y cobre.
Trump apuesta por aranceles como pilar económico
En su red social Truth Social, Trump celebró la imposición de nuevas tarifas como parte de su estrategia para fortalecer la economía estadounidense:
“Estos aranceles harán que Estados Unidos sea grande y rico otra vez”, escribió.
El 1 de agosto será una fecha clave, ya que marcará la entrada en vigor de una nueva ronda de aranceles para países sin acuerdos específicos. Además del 10% mínimo universal, se sumarán cargas adicionales en productos como tecnología, maquinaria, textiles y metales.
Un mensaje para el mundo
Con esta nueva política, Trump reafirma su visión proteccionista en medio de un escenario de tensiones geopolíticas y desacuerdos con socios tradicionales. El mensaje es claro: los países que no se alineen con los intereses comerciales de EE.UU. enfrentarán consecuencias económicas inmediatas.
Al cierre de esta edición, decenas de naciones siguen sin acuerdo con Washington, lo que podría derivar en un impacto global en cadenas de suministro, precios de exportación y relaciones diplomáticas.
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